Coaching
¿Que es el coaching?
El coaching se ha convertido en una de las disciplinas de autoconocimiento y entrenamiento psicológico más utilizada en los últimos diez años. Ya no solo por su gran utilidad y reconocimiento como ayuda para el crecimiento personal de muchas personas y corporaciones, sino también por su gran aceptación y popularidad, llegando a ser el eje del triunfo de personalidades en distintos ámbitos.
Las demandas sociales son cada vez más notables y están centradas en el bienestar de la persona, su satisfacción y en la mejora de su calidad de vida.
Desde reconocidas firmas y empresas a nivel mundial, hasta hombres y mujeres de a pie, quien más y quien menos, ha oído hablar, ha leído o se ha relacionado de alguna manera con el coaching.

Por lo tanto, es una herramienta de desarrollo personal para obtener cambios en la vida de las personas y retarlas a conseguir nuevos objetivos.
El coach es tu guía, es un experto que va a acompañarte y a transitar contigo por este camino, profundizando en tu autoconocimiento y desarrollo personal.
Un proceso de cambio y transformación personal que te hará vivir nuevas experiencias, conseguir nuevos objetivos, alcanzar más claridad y autoconfianza y dejar atrás situaciones del pasado.
El Proceso de Coaching
Un proceso de Coaching es por y para ti.
Es un espacio de tiempo que te concedes a ti mismo para trabajar en tu desarrollo tanto personal como profesional: mejorar en tus relaciones familiares, superar un duelo personal o sentimental, planificar tu proyecto de vida, cambiar de profesión, conciliar familia y trabajo, aumentar tu confianza, adquirir nuevos hábitos, etc.
Aptitudes de un coach
El coach tiene que “estar presente”, centrarse en lo que sucede aquí y ahora. Esto implica que no juzgue ni valore a su cliente, y que lo observe simplemente como un individuo con potencial. La metodología a seguir es la del diálogo basado en pregunta-respuesta para conocerle y ganarse su confianza.
Según Eduardo Larriera (2005), consultor de Strategic Company, todo coach debe tener las siguientes aptitudes:

Visión
Esta capacidad proporciona al coach una mirada global y objetiva con la que analiza la situación de su cliente y capta los principales puntos en los que se debe poner orden.
Seguridad en sí mismo
Tras dedicar tiempo a sí mismo y a su desarrollo personal, el coach conoce sus puntos fuertes y sus debilidades, y sabe cómo actuar con y ante ellas. De ahí que disponga de confianza y seguridad en sí mismo. De tal manera, servirá de ejemplo para su coachee.
Sabiduría
Une visión, conocimientos y experiencia, que proporcionan al coach las habilidades y nociones suficientes como para conseguir una profunda comprensión de aquello que le sucede, necesita y puede lograr su coachee.
Paciencia
Esta cualidad no solo indica una gran fortaleza, sino que también permite al coach abordar con calma y serenidad cualquier situación de crisis o incertidumbre de su coachee.
Humildad
Con esta aptitud, el coach no solo se convierte en un profesional, también es capaz de llevar a cabo su labor de una forma libre de prejuicios y superioridad. La humildad da al coach las raíces necesarias para ser consciente y estar presente y seguro de sí mismo, respetando a sus iguales.
Consistencia
Viene relacionada con la capacidad del coach para captar la diferencia entre lo que una persona hace y lo que dice. Este factor no se puede aprender, pues es algo natural e intrínseco en quienes gozan de él, pero sí que debe ser uno de los puntos presentes en la forma de ser de un coach. Con la consistencia, este podrá ofrecer credibilidad y confianza al coachee.
Curiosidad
Esta cualidad es muy necesaria para cualquier coach, pues le otorga la capacidad de acercarse a los temas o problemáticas de forma inocente y sin juicios de valor. Como si fuera un niño, el coach puede tratar a su cliente sabiendo que siempre va a aprender y a seguir creciendo en el camino.
Coherencia
Ser consecuente con las acciones y con las palabras afirmadas no solo refuerza la consistencia, sino que también demuestra que el coach sigue y actúa según un sistema de creencias que, si bien no tiene por qué ser estático y rígido, sí que es sustancial y firme.
Flexibilidad
Alude a la capacidad de aprender desde cero, pero también de desaprender lo asimilado, para “grabar”, en su lugar, algo diferente y nuevo. Esta capacidad permite al coach no caer en dogmas ni en estadios rígidos, algo que el coaching evita por naturaleza.
Convicción
Creer en sus palabras, en sus acciones y en sus pensamientos. El coach debe creer en lo que hace, en su actividad y en su labor como quien facilita el camino a quien desea crecer y conocerse.